Casi la mitad de los alumnos de secundaria y bachillerato ha visto pornografía en el último mes

La consumen mayoritariamente hombres, en solitario, y la inmensa mayoría de las veces con el teléfono móvil

Dos tercios de los estudiantes de 14 a 18 años admiten haber consumido pornografía, al menos, una vez en su vida y el 44,5% lo ha hecho en el último mes; esta práctica la suelen hacer en solitario y la inmensa mayoría de las veces con el teléfono móvil.

Son datos del informe sobre adicciones comportamentales y otros trastornos adictivos del 2024, elaborado por la delegación del gobierno español para el Plan Nacional sobre Drogas (DGPNSD). El estudio revela que el porcentaje de consumo frecuente es mayor cuanto más cerca está la mayoría de edad. Así, pasa del 37,1% a los 14 años al 47,2% a los 16, y al 49,8% a los 18 años.

Más diferencia por sexo: la mayoría son pequeños
Las diferencias son todavía mayores por sexos, y es en el uso en el último mes donde se abre la brecha más grande, con un 68,4% de los chicos frente al 19,3% de las chicas.

«Es una práctica solitaria y el dispositivo principal es el móvil», que utilizan el 92,4% frente al 36,6% del ordenador o la tableta, según ha explicado el delegado del gobierno español para el Plan Nacional sobre Drogas.

Se inician a edades muy tempranas
Las diferentes investigaciones señalan que los adolescentes son una población de riesgo para sufrir los efectos perjudiciales del consumo de pornografía, el estudio alerta que se inician en esta práctica a edades muy tempranas y el consumo va aumentando en función de la conocida como teoría “triple A”: la accesibilidad que da Internet, la asequibilidad por el bajo o nulo coste y el anonimato.

Además, «la normalización de uso de este tipo de contenidos ha promovido nuevas prácticas sexuales, especialmente entre los adolescentes», como el sexting o recepción o envío de mensajes de texto, imágenes o videos sexuales explícitos a través del teléfono móvil o redes sociales o el porno de venganza, que implica el intercambio de contenido sexual explícito como venganza después de una ruptura sentimental.