El CFPA celebra el 8M

El Centro de Formación de Personas Adultas de Cheste celebra el 8 de Marzo

El Centro de Formación de Personas Adultas de Cheste celebró el Día Internacional de la Mujer con la iniciativa “Sillas que hablan de Mujer”.

El acto se abrió con la lectura de los relatos que el alumnado del taller de escritura había preparado para la ocasión, con la proyección de imágenes de la ilustradora Rocío “La Pequeña”. Seguidamente comenzó la entrega de premios del certamen de microrrelatos y micro-poemas que organizan desde el centro cada año, con el patrocinio de la concejalía de Educación.

“Es obvio que no vivimos en el mejor de los mundos posibles y que las mujeres no han alcanzado la igualdad de derechos por la que llevan luchando desde hace siglos; el camino es largo y difícil, pero en él nos encontraremos las personas de bien, las mujeres que quieren ser libres y aquellos hombres que desean que lo sean; las que, conviviendo, hemos aprendido a respetarnos, a querernos, a cuidarnos y a construir todo aquello que nos define como seres humanos”, manifestaba Mª Ángeles Llorente, concejala de Educación, antes de proceder a la entrega de los diplomas y el obsequio de un libro al alumnado participante en el certamen.

La ganadora fue Rosa Alabau Farinós, por su relato “Pepa L’Espardenyera”, dedicado a su abuela. “Sirva este relato para reconocer a mujeres que, aún no teniendo la vida nada fácil, nunca se rindieron”, apuntaba la ganadora tras su lectura. Alabau recibió un vale de 50 euros para gastar en las papelerías de la localidad y un pase gratuito para los eventos culturales organizados por el Ayuntamiento.

Para cerrar el acto, el coro de la escuela, creado recientemente, hizo su debut con la canción “Hablaran de ti y de mi”, de Vanesa Martín.

Además, todas las personas asistentes recibieron un colgante con la inscripción “8 de marzo”, realizado por el alumnado del taller de cerámica.

Relato ganador

Pepa L’Espardenyera 

Pepa fue una mujer nacida en una alquería de la Huerta valenciana, a finales del siglo XIX. Ella nunca fue a la escuela, por lo que no sabía ni leer ni escribir. Con apenas 10 años ya caminaba por las calles de Valencia repartiendo la leche con su vaca, de este modo conoció a su marido.

Se casó muy joven y tuvo hijos. En la Guerra Civil, con un marido enfermo y con un hijo en el frente, tuvo el coraje de montar una tienda donde vendía desde azafrán hasta alpargatas y donde ponía puntos, rayas y cruces en un papel para saber quién le debía.