Detenida una mujer tras hallar el cadáver de su marido enterrado en una parcela de Godelleta
«Lo siento mucho pero no voy a volver a casa. Cuando pase algo os avisarán de inmediato, es decisión mía y solo mía, y debéis respetar mi voluntad». Este es el mensaje que supuestamente había enviado Isaac G. T., de 45 años, a su mujer para despedirse de ella en el que parecía el último deseo de un suicida, pero la víctima nunca escribió esas palabras. Una ardua investigación de la Policía Nacional ha posibilitado el hallazgo del cadáver del hombre de 45 años, que estaba enterrado en Godelleta, y la detención de su mujer como presunta autora del crimen.
El cuerpo de Isaac presentaba signos de violencia y fue descubierto en una parcela de la detenida tras ser interrogada por los agentes del Grupo de Homicidios. El cadáver estaba cerca de un camino de las afueras de Godelleta y de la carretera local CV-424. Los investigadores también encontraron la silla de ruedas que utilizaba la víctima para desplazarse.
El rastro de este conquense afincado en Valencia se perdió el 1 de diciembre de 2019, aunque su mujer tardó cuatro días en denunciar su desaparición, un indicio que la policía consideró sospechoso. Además, los investigadores averiguaron que ella menospreciaba a su marido y había grabado un vídeo, presuntamente, en el que se burlaba de la víctima porque no podía coger el mando de la televisión.
Según las investigaciones, la viuda envió mensajes desde el móvil de la víctima para hacer creer a la familia que se había suicidado. Los familiares de Isaac interpusieron dos denuncias de desaparición que se tradujeron en la difusión de su imagen y datos a través de dos asociaciones de ayuda a familiares de personas desaparecidas en España.
El hombre ejerció como policía local de Catarroja. Sufría una grave enfermedad neurodegenerativa, una ataxia cerebolosa «en estado muy avanzado», como corroboró su prima hermana. Padre de dos hijos, era un gran dependiente que precisaba de silla de ruedas. Tenía dificultades para hablar, lo que agravó la preocupación de su familia por su especial vulnerabilidad, y generó un gran desconcierto sobre cómo había desaparecido al no poder desplazarse sin ayuda.
El día que fue asesinado, Isaac planeaba acudir a la fiesta de cumpleaños de un amigo. Ante su ausencia, sus parientes interpusieron las denuncias de desaparición el 5 de diciembre, y la policía comenzó a entrevistarse con ellos para aclarar las circunstancias del caso.
Una de sus primas aseguró que había recibido mensajes de WhatsApp en los que Isaac, supuestamente, «decía estar bien y desear que cesáramos su búsqueda», pero dudaba que hubieran sido escritos por él y temía que la desaparición no fuera voluntaria. «Él se planteaba morir por los sufrimientos de su enfermedad y en alguna ocasión hizo referencias a la eutanasia, pero no nos cuadraban algunas circunstancias», añadió la mujer.
Fuente: Las Provincias