Problemas al relacionarse, conductas obsesivas o tendinitis, posibles efectos del uso descontrolado del móvil
Contestar de forma compulsiva a los mensajes, incapacidad para relacionarse con otras personas sin usar el móvil, desinterés por la vida cotidiana o problemas físicos como tendinitis son algunas de las posibles consecuencias que se derivan del uso descontrolado de los smartphones, según han advertido expertas de los hospitales de varios hospitales.
En un comunicado, han explicado que España encabeza la lista de países europeos con más casos de adicción a WhatsApp y a Internet entre los adolescentes. Ese cambio en las formas de relacionarse está provocando «un aumento de problemas como la dependencia al móvil o la disminución del rendimiento escolar», ha afirmado la doctora Elisa Ibáñez, psiquiatra de las unidades de desintoxicación y salud mental. Entre las señales de un uso descontrolado están contestar de forma compulsiva a los mensajes recibidos, incapacidad a la hora de relacionarse con otras personas sin dejar de utilizar el teléfono móvil, crear conflictos o tergiversar conversaciones, mostrar desinterés por la vida cotidiana, utilizar la aplicación como una forma de controlar a la pareja, desarrollar conductas obsesivas compulsivas, baja autoestima, depresión o tristeza al sentirse rechazados, nomofobia o miedo irracional a salir de casa sin el móvil, el ‘síndrome de la llamada imaginaria’ al estar pendiente del smartphone continuamente, el ‘síndrome del doble check’ o el ‘phubbing’ o menosprecio a las personas.
Los síntomas pueden producir tendinitis, ausencia de sueño, dificultades en el aprendizaje o mente ausente y disminución de la capacidad de retención. «También sentimiento de tristeza al demorarse o no recibir las contestaciones esperadas», ha añade Ibáñez.
Pese a darse de forma especial entre adolescentes, la adicción a WhatsApp también se da en adultos sin ningún tipo de patología psicológica