Cambios en el protocolo Covid

Las PCR y los rastreos se limitarán a los casos graves y grupos de riesgo

Los descontrolados casos positivos de covid-19 han llevado al Ministerio de Sanidad a cambiar la estrategia de gestión de la pandemia para  aliviar la presión sobre la atención primaria. El impacto hospitalario impulsado por la nueva variante Ómicron, es por ahora inferior al otras olas, pero ha desbordado completamente el sistema de detección. Unas tareas que se sustentan fundamentalmente en los centros de salud, los encargados de realizar las pruebas diagnósticas a través de PCR en la población.

El gobierno español y las comunidades autónomas han acordado en el Consejo Interterritorial de Salud revisar el protocolo para reducir la carga de los ambulatorios. A partir de ahora, ya no se harán PCR para confirmar los positivos de covid-19 en caso de sospecha. Esta prueba diagnóstica solo se llevará a cabo si la persona afectada presenta sintomatología grave o pertenece a algún colectivo de riesgo. Ómicron es más transmisible pero también menos grave y con un periodo de incubación más corto.

Ahora los centros de salud dejarán de realizar seguimiento activo sobre los casos de las personas positivas asintomáticas o con cuadros leves si no es que pertenecen a colectivos de riesgo. La idea es salvar la atención primaria de la avalancha de rastreos y pruebas en población sin peligro real. Por eso, se acaban las PCR generalizadas en la red sanitaria a las personas que sean contacto estrecho de un infectado y los esfuerzos se centrarán en las personas de riesgo.

Para el resto, la persona con sospecha de covid se tendrá que hacer una prueba en casa, a través de un test de antígenos, que se dará por válida. Si el resultado confirma infección pero no hay síntomas, habrá que guardar siete días de cuarentena en el domicilio particular. Si hay síntomas, no podrán salir hasta el décimo día.

Otra de las novedades es el fin de los confinamientos en el ámbito escolar, a todos los efectos. La medida, que el gobierno español justifica en el arranque de la vacunación pediátrica de los pequeños de 5 a 11 años, empezará a aplicarse cuando el estudiantado vuelvo a clase después de vacaciones de Navidad, sin esperar que todos tengan la pauta completa. «Ante la aparición de un brote en una aula las autoridades de salud pública determinarán las actuaciones pertinentes en función de la situación», 
especifica el Gobierno.