Dositea Andrés Marín, una heroína chestana de 1918

Se cumplen cien años de la muerte de la religiosa chestana que dio su vida por los enfermos. 

Se cumplen  cien años de la muerte de la chestana Sor Dositea Andrés Marín, una monja que dio su vida  prestando auxilio a los enfermos de la epidemia de gripe del dieciocho.

Sor Dositea, nació en Cheste, un 7 de mayo de 1863. Ingresó en la Congregación de Siervas de María Ministras de los Enfermos en diciembre de 1891. Vivió en Ponferrada,  Astorga, Nava del Rey y Zamora, donde continuó con sus ministerios al lado de los enfermos de la epidemia de gripe que asoló a España.

Al ser Zamora una ciudad tan castigada por la epidemia gripal de 1918, Sor Dositea atendió a los afectados, que eran principalmente las clases humildes, mal alimentadas y con peores condiciones en las viviendas, siendo los niños y jóvenes, los casos de mayor incidencia y mortandad. 


La chestana destacó en su atención a los soldados afectados por la gripe, destinados en el “Castillo” de Zamora. Tras ser destinada para esta misión, fue acogida con extraordinaria alegría. No pasó desapercibida esa alegría tan especial a la Madre Superiora. Allí derrochaba paciencia y repartía cariño, solo descansa cuatro horas al día. Su misión era conseguir que los enfermos tomasen sus alimentos y medicinas.

A Sor Dositea, las fuerzas le fallaron poco a poco y el 30 de septiembre de 1918, víctima de la enfermedad que trataba de curar y aliviar, fallecía. Esta chestana religiosa, muy admirada y querida por todos los afectados no le preocupó nunca perder su vida, con tal de ayudar al prójimo necesitado.       
 

 Su fama se extendió por todo Zamora. La prensa de la ciudad al relatar su muerte, habló de la “heroína y ejemplar, Ministra de los Enfermos”. Su afán era servir siempre a los más pobres, a los enfermos o los marginados.


 El Ayuntamiento de Zamora, en aquel año, conmemorando y reconociendo su sacrificio heroico, erigió una lápida recordatoria sobre su tumba funeraria donde se lee:
Contiene esta sepultura los restos mortales de la Sierva de María, Sor Dositea Andrés Marín, Ministra de los Enfermos, que sucumbió el día 30 de septiembre de 1918, asistiendo a los epidemiados militares en el Castillo de esta ciudad”. 

También se le dedicó una calle en Zamora, la misma calle donde estuvo ubicado su convento hasta el año 2005