Familias de Cheste recorren las rutas más transitadas hacia los colegios para proponer mejoras en seguridad
El proyecto “Colecaminos – Rutas Seguras al cole” realizó a pie los recorridos más transitados para ir a los colegios, identificar sus deficiencias y proponer las mejoras necesarias para hacerlos seguros.
Esta jornada-paseo es la penúltima fase de este proyecto, impulsado por la concejalía de Participación y dinamizado por el colectivo Fent Estudi, que comenzó encuestando a familiares y alumnado como base para realizar un análisis por parte de técnicos del Ayuntamiento y la Policía Local. El último paso será trasladar la información recogida en la jornada al Ayuntamiento para que se aborden las mejoras oportunas.
“Cuando nos reunimos con las AMPAS, en el marco del Cheste Decide Coles, una de las cosas que nos plantearon fue el problema de inseguridad que había en los recorridos a los colegios, así que nos pusimos en marcha con el proyecto Colecaminos para intentar hacer rutas adecuadas para los niños y niñas y sus familiares”, explicaba el alcalde, José Morell. “Nos inspiramos en modelos como La Ciudad de Los Niños, del conocido pedagogo Francesco Tonucci, implantado con éxito en ciudades de Italia, México, Argentina y también de aquí, en España, pensando en hacer una localidad cuyo punto de referencia sean precisamente ellos y ellas”.
Las familias se dividieron en dos grupos para poder recorrer todas las calles que componen las rutas.
“Esto una puesta en escena de los itinerarios que hemos diseñado para que sean las familias las que detecten sobre el terreno las deficiencias y nos trasladen sus propuestas; el primer grupo recorrió el tramo que va desde el CEIP Francisco Giner de los Ríos al CEIP Vicente Blasco Ibáñez y el segundo partió también del Giner y finalizó en el IES Ricardo Marín”, apuntaba el actual concejal de Participación, Raúl Mota.
La dinámica de la actividad, cuyos protagonistas fueron los niños y niñas, consistió en adivinar el nombre de las distintas calles por las que pasaban, detectar si tenía aceras o no y, en caso afirmativo, medirlas, e ir contestando a una serie de preguntas que un voluntario o voluntaria iba anotando, junto a las deficiencias detectadas y las propuestas de mejora que iban surgiendo por parte de los y las participantes, así como también los aspectos positivos que sí gustaban de cada calle.
“El camino que hago hacía el colegio todos los días no me parece seguro, subo por la calle Buenavista, que es muy estrecha y tiene mucho tráfico; el carro casi no cabe por la acera, así que me tengo que bajar a la carretera. La única solución que veo es hacerla de plataforma única”, comentaba una de las participantes. “Hay algunas calles que están bien, pero en otras te encuentras con aceras muy estrechas o en mal estado; es una buena iniciativa, hoy echo de menos a más familias aquí”, comentaba otras de ellas.
Los niños y niñas recibieron de obsequio una mochila con unas pinturas y, al finalizar las rutas, merendaron juntos.