Una delegación chestana visita Zamora para homenajear a la monja de Cheste que luchó en la ciudad para contener la «gripe española»
Representantes del Ricardo Marín de Cheste y familiares de la religiosa viajaron a Zamora para colocar una placa de realidad aumentada en la calle dedicada a Sor Dositea. Se trata de una iniciativa del IES Ricardo Marín de Cheste, en colaboración con el Ayuntamiento de Cheste y el Ayuntamiento de Zamora
El proyecto surgió en 2018 tras la publicación en Bandú y coincidiendo con la muerte de la religiosa, de uno de los sobrinos bisnietos de Sor Dositea Andrés, la monja nacida en Cheste que tiene calle en Zamora por dar su vida ayudando a los enfermos de «gripe española». La historia que contaba Miguel Ángel llegó a oídos de la profesora del Ricardo Marín Yolanda Marco, y junto a varios alumnos decidieron poner en valor «el trabajo y dedicación» de esta chestana que Zamora supo reconocer tras auxiliar a cientos de enfermos de gripe en el terrible año de 1918, una epidemia que finalmente acabó con su vida.
Ahora una placa de realidad aumentada lucirá en Zamora para que vecinos de la capital y turistas conozcan la historia y el sacrificio de esta religiosa con sólo acercar el teléfono móvil. La información de la placa QR está traducida a varios idiomas.
El acto de colocación de la plaza contó con representantes del Ayuntamiento de Zamora, la profesora con sus alumnos y alumnas y familiares de la monja colocaron la placa en la calle dedicada a esta «mujer valiente», una regalo que Cheste ofrece a Zamora para que no se olvide el legado de la que fue su vecina, que «nunca retrocedió ante la adversidad», señaló Yolanda Marco. Los chestanos agradecieron al Ayuntamiento de Zamora su disposición para colocar la placa digital en la calle Sor Dositea, en pleno casco antiguo, y aseguraron que una «placa gemela» se colocará en la casa de Cheste que vio nacer a esta integrante de la Comunidad de las Siervas de María.
Desde el consistorio zamorano han agradecido el «regalo» y el homenaje de Cheste a uno de los «personajes más destacados» que han pasado por la capital. También quiso agradecer a Caja Rural su permiso para colocar la placa en la fachada de la oficina que el banco mantiene en la confluencia con la calle Rúa de los Francos.
Tras el acto, los familiares de la monja que cuidó a los soldados enfermos destinados al Castillo de Zamora contaron que la figura de la religiosa siempre estuvo presente en casa, con un cuadro que presidía el salón de la vivienda. Miguel Ángel, Pilar y Soledad son sus sobrinos bisnietos y es la tercera vez que visitan la ciudad gracias a esa tía que no conocieron. En 1991 y 1992 no pudieron visitar el Castillo porque no estaba abierto al público y regresaron en 2016 para conocer el «cuartel» donde su familiar atendió a tantos enfermos de una epidemia de gripe que le costó la vida. Desde ahora Cheste y Zamora están más unidas gracias a esta heroína de 1918.
Esta placa es parte de la extensión del proyecto ‘nombres de mujeres en las calles de Cheste’, galardonado en los V premios de Urbanismo, Movilidad, Paisaje, Vivienda y Arquitectura con Perspectiva de Género, convocados por la Generalitat Valenciana hace un año.